Los jóvenes celebraron la Vigilia de la Inmaculada junto a Mons. Zornoza

El pasado miércoles, 7 de diciembre, los jóvenes de la diócesis pudieron disfrutar de una vigilia de oración junto con  obispo diocesano, Mons. Rafael Zornoza, en la Parroquia del Santo Cristo de San Fernando, en el que la Virgen de la Amargura estaba en besamanos.

La celebración comenzó con una ofrenda a la Virgen. Posteriormente, se realizó una meditación sobre la Virgen María teniendo como referencia el texto de Efesios 2. Mons. Zornoza predicó sobre la Virgen, la llena de gracia, e invitó a rechazar del todo el pecado para llegar al cielo, con esta Madre nuestra Inmaculada, puerta del cielo.

A continuación, se expuso al Santísimo y se leyó el siguiente texto de San Rafael Arnáiz sobre María:

«Es tan hermoso y tan consolador el cariño a la Virgen, que me dan pena los que no la conocen, los que no la quieren, aunque no sea más que un poco… y, sin embargo, querido hermano, ¿dónde se halla el cristiano, por tibio que sea, que no se acuerde en algún momento de su vida de la Virgen María?

Todos, todos llevamos dentro algo que, después de Dios, sólo María puede comprender y puede consolar… Ese algo es criatura, ese algo es necesidad humana, es cariño, a veces dolor… Es ese algo que Dios puso en nuestras almas, y que las criaturas no pueden llenar, para que así busquemos a nuestra María… María, que fue Esposa, que fue Madre, que fue Mujer… ¿Quién mejor que Ella para comprender, para ayudar, para consolar, para fortalecer? ¿Quién mejor que María, la Santísima Virgen, para refugio de nuestros pecados, de nuestras miserias? iQué bueno y qué grande es Dios que nos ofrece el corazón de María como si fuese el suyo! ¡Qué bien conoce Dios el corazón del hombre, pequeño y asustadizo! ¡Qué bien conoce nuestra miseria, que nos pone ese puente…, que es María! ¡Qué bien hace el Señor las cosas! ¡Ah, si supiéramos amar a la Virgen, si comprendiéramos lo que significa para Jesús todo el amor que podemos ofrecerle a la Virgen! Seríamos mejores, seríamos los hijos predilectos de Jesús. No sé si diré algo que no esté bien. Que Ella no me lo tome en cuenta y que Dios me lo perdone, pero creo que no hay temor en amar demasiado a la Virgen… Creo que todo lo que en la Señora pongamos, lo recibe Jesús ampliado… Yo creo que al amar a María, amamos a Dios, y que a Él no se le quita nada, sino todo lo contrario.

Tú dices muchas veces «todo por Jesús», ¿por qué no añades: «Todo por Jesús y a Jesús por María»? No te extrañe, pues, que yo le tenga mucha devoción y que quiera que todo el mundo se la tuviera… ¡Sería todo tan fácil si acudiéramos siempre a la Señora!»

Tras la lectura, comenzó el rezo del Santo Rosario. Cada misterio comenzaba con el testimonio de diferentes personas que representaban diversas vocaciones: matrimonio, noviazgo, joven, seminarista y virgen consagrada. En cada ave María, contemplaron a la llena de gracia y ofrecieron los misterios por las familias, madres embarazadas, los novios (para que la Virgen sea modelo de amor y de pureza), las vocaciones a la vida sacerdotal y consagrada, los jóvenes todos, para que de veras encuentren en Cristo el verdadero sentido de sus vidas. Después de cada misterio, cantábamos con fuerza a la Virgen.

Una vez acabado el Rosario, todas las personas allí presente se consagraron a ella.

Por último, el obispo diocesano tomó la custodia con el Señor y pasó entre los bancos para bendecir a los jóvenes. Además, al término de la celebración compartieron, en los salones anexos a la iglesia, unos momentos de convivencia.

Tienes todas las fotos de esta Vigilia en la web de la Delegación de Pastoral Juvenil

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