La Misa Pontifical por la fiesta de Nuestra Señora de África puso el broche de oro al Año Jubilar diocesano en Ceuta por los 600 años de su erección como sede episcopal. Una celebración presidida por el cardenal D. Ricardo Blázquez, quien, invitado por el obispo diocesano, pudo conocer y admirar el cariño de los ceutíes por su madre y patrona.
Miles de ceutíes honraron entre el 4 y 5 de agosto a la Virgen de África, patrona de Ceuta en su fiesta. Una efeméride que ha servido, este año, como marco para la clausura del Año jubilar diocesano que en Ceuta ha conmemorado los 600 años de la creación de sede episcopal y en Cádiz los 750 del traslado de la sede de Medina Sidonia a Cádiz.
Ya en la ofrenda de la noche anterior, cientos de personas manifestaron su amor a la Virgen de África llenando de flores los pies de la patrona de Ceuta.
La celebración dio comienzo en la Catedral de Ceuta, desde la que se desplazaron en procesión los sacerdotes y dos obispos: el obispo de la diócesis de Cádiz y Ceuta, Mons. D. Rafael Zornoza, y el Arzobispo de Valladolid y presidente de la CEE, Mons. D. Ricardo Blázquez.
La celebración eucarística comenzó una vez llegada la procesión a los pies del Santuario de la Patrona. Allí esperaban las autoridades de la Ciudad. El coro de Capilla San Pedro Nolasco, de la Basílica de la Merced Coronada de Jerez, acompañó musicalmente esta celebración dando una mayor solemnidad a esta Pontifical de cierre del Año Jubilar diocesano.
Durante su homilía, Mons. D. Ricardo Blázquez destacó que “Hay acontecimientos que no sólo son históricos sino que fundan Historia. A lo largo de este año, que no es simplemente un año cronológico del calendario sino un Año Jubilar, un año de gracia del Señor”, un tiempo “para acercarnos a Él y recibir su perdón y su misericordia”. La Virgen de Africa “a la que habéis acogido a lo largo de tantas generaciones” centró la homilía del presidente de la CEE que subrayó cómo este amor a la madre De Dios ha de continuar trasmitiéndose “Que esta tarde tendáis vuestra mirada al pasado, para que recordéis a vuestros padres, vuestros abuelos, a vuestros antepasados, a esa cadena ininterrumpida de eslabones vivos que ha llegado hasta vosotros, hasta nosotros, y que también deseamos que continúe, esta cadena con eslabones vivos en el futuro”. En este sentido animó a padres y abuelos a “enseñar a rezar a vuestros hijos y nietos y rezad con ellos”. Una actitud, la orante, fruto del amor a la Patrona “La actitud orante y creyente ante Dios es la misma de apertura a la trascendencia de confianza al Señor, la Fe reforzada por la oración se hace operativa en el amor”.
La Misa concluyó, siguiendo la tradición, con el canto del Himno a la Virgen de África.
Seguidamente la comenzó la procesión de la Patrona por las calles de la ciudad, acompañada del Obispo diocesano, el Arzobispo de Valladolid, quien se unió a la procesión, el Vicario de Ceuta, el clero y cientos de fieles que mostraron, un año más su cariño acompañando a su Madre en este año especial. La Patrona recorrió las calles de Jáudenes, Vitori Goñalons, Paseo de Colón, Padilla, Paseo del Revellín, plaza de la Constitución, avenida Sánchez Prados y plaza de África, un recorrido en el que no faltaron las muestras de fervor de sus hijos ceutíes como la petalada recibida en Jaúdenes o la Salve rezada en la Plaza de la Constitución.
Una jornada inolvidable que pone el punto y final a este tiempo jubilar, concedido por el Santo Padre por el 750 Aniversario del traslado de la sede episcopal de Medina Sidonia a Cádiz y el 600 Aniversario de la creación de la sede de Ceuta se inició el pasado 14 de septiembre. Lacelebración ha coincidido además con el sexto centenario de la llegada de la imagen de Nuestra Señora de África a la ciudad, enviada por el Infante Enrique “El Navegante” tras la conquista de la ciudad. Durante este año, la ciudad autónoma se ha volcado en esta celebración con acontecimientos como la exposición “La Sede episcopal de Ceuta. 600 años de Historia”en la que se reunieron pintura y documentos, escultura, ornamentos y objetos sacros para dar a conocer la historia de la sede septense o la Magna procesión Mariana que reunió a las imágenes marianas de mayor devoción de Ceuta.
