La Cuaresma también llega al centro penitenciario de Botafuegos

Imagen de archivo

La experiencia de Dios en los internos de Botafuegos ha hecho que el Miércoles de Ceniza sea un día especial para todos los que participan en los actos de Capellanía del Centro Penitenciario.

Todos necesitamos de Dios, pero cuando el ser humano experimenta el dolor en lo más profundo de su ser, es cuando la persona con toda urgencia es capaz de clamar al cielo y buscar ayuda en ese ser que es capaz de superar con creces las capacidades y dones del ser humano.

Es así, como lo internos de Botafuegos han empezado el tiempo cuaresmal. Más de ochenta internos vivieron un gran encuentro con Jesucristo, recibiendo las cenizas sobre sus cabezas, colocando ante el altar todos sus pecados y obstáculos que a lo largo de su vida le han impedido caminar.

Durante la celebración eucarística no sólo manifestaron sus deseos de cambiar de vida, sino sus deseos de agarrarse a Jesucristo, el único que es capaz de romper sus cadenas, rechazando todas las esclavitudes que poco a poco intentan destruir sus vidas.

Al final de la celebración, se vivió una intensa adoración de la Cruz, expresando sus sentimientos y peticiones. Los internos quisieron llevarse un poco de ceniza para poder imponerla a sus compañeros y hacerles partícipes de un encuentro que les invita a caminar con Cristo hasta la cumbre pascual.

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