Durante la noche del sábado 6 al domingo 7 de julio se celebró la tradicional Vigilia de las Espigas. Presidida por el obispo diocesano, Mons. Rafael Zornoza, se puso fin a los actos que, con motivo del 125º aniversario de la fundación de la Sección de Cádiz, organizó el Consejo diocesano de la Adoración Nocturna Española para agradecer a Dios, en esta ocasión de manera particular, por tantos años de vida adoradora nocturna que ha cumplido esta Sección gaditana.
Con la presencia de las Secciones de Puerto Real, Chiclana, Tarifa, San Fernando, Barbate, San Roque, Ceuta, y Cádiz, que ejerció de anfitriona, se celebró en la Parroquia de San Francisco Javier de la capital.
Despuntando el alba, el Rvdo. D. Guillermo Domínguez, consiliario diocesano de la Adoración Nocturna, impartía la Bendición Eucarística sobre el mar y los campos de nuestra diócesis y sobre toda la actividad humana que, gracias a la Providencia, hace posible que del “fruto del mar y de la tierra y del trabajo del hombre” podamos obtener lo necesario para nuestro sustento.
Culminaba así la Vigilia de las Espigas 2019 que ponía el broche de oro al Triduo Eucarístico de Acción de Gracias celebrado en el Oratorio de la Santa Cueva con ocasión del 125 aniversario fundacional, y que había comenzado la noche anterior con la celebración de la Santa Misa presidida por Mons. Rafael Zornoza y concelebrada por el consiliario diocesano, acompañados en esta ocasión por P. Valentín Vivar, sacerdote vinculado a la Obra.
En su homilía, D. Rafael, tras felicitarles cordialmente por su aniversario, les exhortó a “seguir fiándonos del Señor y poniéndolo en el centro de nuestro corazón para que pueda actuar en todo su espacio y así salir al mundo y ofrecer su amor, su perdón y su salvación; dejándonos ser instrumentos en sus manos y colaboradores de su Gracia”.
Tras velar al Santísimo Sacramento durante toda la noche se procedió a la consagración de la Adoración Nocturna diocesana al Sagrado Corazón de Jesús en el centenario de la consagración de España; continuando con el rezo del Santo Rosario y a la oración de Laudes, finalizando con la procesión y bendición de mar y los campos, desde la explanada del paseo marítimo frente a la bahía.
Fue una noche realmente santa, con Jesús Sacramentado como único centro de la vela; aprendiendo de Él, fuente del amor divino, cómo hemos de mirar a nuestro prójimo con ojos de misericordia y compasión fraterna. Haciendo nuestros sus anhelos y sufrimientos, y pidiendo la luz y la fuerza que nos ayuden a “no pasar nunca de largo ante el sufrimiento humano”.
En los turnos de adoración, además de la acción de gracias a Dios, se oró por todas las necesidades de nuestro pueblo, de manera singular se pidió al Señor para que a nadie le falte un trabajo estable que le posibilite el digno sustento personal y el de su familia.
Desde la Sección de Cádiz desearían que en todas las parroquias se pudiera establecer un turno de la Adoración Nocturna que, durante el resto del año y hasta la próxima Vigilia de Espigas, con los demás adoradores de la diócesis siguieran cumpliendo, en nombre de toda la Iglesia, el mandato del Señor de orar sin interrupción, día y noche, a Dios Padre, por medio de Jesucristo, en el Espíritu Santo.
