Voluntarios del proyecto «Estamos Contigo», de acompañamiento al mayor, celebran su encuentro anual

En ambiente festivo y de gran ilusión, ha tenido lugar, en la parroquia de San Servando y San Germán, el IV Encuentro de Voluntariado del proyecto «Estamos Contigo» de acompañamiento al mayor en soledad que Cáritas Diocesana de Cádiz desarrolla a través del Programa Diocesano de Apoyo a la Familia.

Tras la oración inicial, presidida por el padre Juan Carlos Brea, párroco de San Servando y San Germán, la directora diocesana de Cáritas, María del Mar Manuz, dio la bienvenida a los voluntarios llegados de las localidades donde se desarrolla este proyecto: Cádiz, Chiclana, Paterna de Rivera y Benalup-Casas Viejas y les agradeció tanto su asistencia como su generoso voluntariado. A continuación, el padre Brea ofreció una charla en la que presentó la realidad actual de los mayores en nuestra sociedad y que fue acogida con gran interés por los asistentes.

Tras el desayuno compartido, tuvo lugar una dinámica denominada «Somos Cáritas» en la que cada voluntario, a la vez que manifestaba la función que desarrolla dentro Cáritas se vestía con un peto rojo de Cáritas. Al final, visualmente se reconocía, que aunque cada voluntario haga una función distinta, o pertenezca a un nivel diferente de la entidad, todos somos Cáritas, todos somos Iglesia. A continuación, se desarrolló el taller “Recordar es volver a vivir” por el que los voluntarios, primero en pequeños grupos y, posteriormente, todos en común, recordaron cuáles eras las canciones y los juegos de la infancia que consevaban en la memoria y por qué eran importantes para ellos. Este taller tiene el objetivo de facilitar herramientas y técnicas a los voluntarios para acompañar a la mayores que visitan. Tras la foto de grupo y el agradecimiento por la participación, dio por concluido el encuentro.

En el proyecto de acompañamiento al mayor “Estamos Contigo” encontramos a personas mayores que viven una soledad no deseada y sufren abandono y aislamiento. A ello se añade el mayor desgaste que la figura de los abuelos ha sufrido durante la crisis de estos años atrás. Algunos viven en sus domicilios, otros en residencias. La mejor manera de contrarrestar la soledad no deseada es generar lazos afectivos basados en la compañía presencial -calor humano de «carne y hueso»- y en el vínculo amistoso de unas generaciones con otras. Esta labor se lleva a cabo a través de voluntariado que, de forma constante, aporta esperanza a los mayores que sufren de la soledad no deseada.

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