«La cultura del descarte hace que las personas y las cosas creadas se convierten en “basura” desechable»

El Obispo de la diócesis de Cádiz y Ceuta, Mons. D. Rafael Zornoza, ha dirigido un mensaje a los fieles diocesano, con motivo del lanzamiento de la Campaña número 61 de la ONGD de la Iglesia Católica, Manos Unidas “Quien más sufre el maltrato del planeta no eres tú”. La campaña, como señala el prelado en su carta, está centrada en las consecuencias, para los más vulnerables de  la “cultura del descarte”  que acaba afectando al planeta entero» y que lleva a que «tanto las personas como las cosas creadas rápidamente se convierten en “basura” desechable».

El Obispo llama a todos los fieles diocesanos a participar de las grandes citas de Manos Unidas este año: el  viernes 7 de febrero, que  celebramos el Día del Ayuno Voluntario, y después, el Domingo 9 de Febrero, Jornada de Manos Unidas. Además señala que «el hambre en el mundo es un escándalo que no podemos tolerar con indiferencia, como si no fuera con nosotros, y una lacra que no tiene por qué existir, con tal de que nos pongamos en marcha con entrega y audacia».

Mensaje del Obispo diocesano, Mons. D. Rafael Zornoza Boy, con Motivo de la Campaña 61 de Manos Unidas

Queridos amigos:

Próximo ya el día de la Campaña de Manos Unidas contra el hambre, que lleva como lema “Quien más sufre el maltrato del planeta no eres tú”, escribo estas palabras para llamar a vuestra colaboración después de tomar conciencia de los problemas que nos presenta.

Mi agradecimiento, ante todo, a tantos voluntarios que siguen con empeño entregando su vida y tiempo a los más necesitados, en los países en vías de desarrollo y sensibilizando nuestra sociedad: doy gracias a Dios por vuestro testimonio, que sigue iluminando el mundo con el amor de Dios.

Este año Manos Unidas se centra este año en el “cuidado de la casa común”, poniendo en evidencia que, si la crisis medioambiental nos afecta a todos, más a aquellos que viven en regiones vulnerables. Los cambios medioambientales están entre las causas más destacables para el aumento del hambre en el mundo, ya que dificultan la obtención de recursos necesarios para la subsistencia y en algunos casos hacen inviable la vida de las personas. El resultado es el incremento de la pobreza y del fenómeno migratorio, debido a que más personas se ven obligadas a abandonar sus hogares en la búsqueda de un futuro incierto.

Constatamos aquí fácilmente como la “cultura del descarte” acaba afectando al planeta entero. Tanto las personas como las cosas creadas rápidamente se convierten en “basura” desechable (Cf. LS 22.). El hombre actual, ensimismado con el materialismo y su supuesta capacidad ilimitada de transformación técnica de la realidad, ha de interrogarse sobre la ejemplaridad de los ecosistemas naturales, en cuanto a eficiencia y aprovechamiento de los recursos. “El sistema industrial, al final del ciclo de producción y de consumo, no ha desarrollado la capacidad de absorber y reutilizar residuos y desechos.” No estamos dispuestos a tolerar, al parecer, un “modelo circular de producción que asegure recursos para todos y para las generaciones futuras”, sobre todo en lo referente a moderar el consumo y limitar el uso de recursos no renovables, pues supondría un cambio de hábitos de vida en las sociedades del bienestar –bienestar de unos pocos a costa de muchos—. De algún modo, se nos ha convencido de que el desarrollo económico, y el bienestar social, dependen exclusivamente del nivel de consumo y la capacidad de explotación de lo real, sin más criterio casi que el de tener cada vez más.

Manos Unidas, junto diversos socios locales, ha asumido multitud de proyectos en todo el mundo para mejorar la capacidad de aprovechamiento de los recursos, y educar en su gestión integral, en sintonía con el medio ambiente y las características ambientales de cada territorio.

Este viernes 7 de febrero celebramos el Día del Ayuno Voluntario, y después, el Domingo de la Jornada de Manos Unidas. Quiero invitar a todos los fieles de la Diócesis de Cádiz y Ceuta, y a todos los hombres y mujeres de buena voluntad, a participar y ser muy generosos, al tiempo que agradecidos por la labor ingente que realizan. El hambre en el mundo es un escándalo que no podemos tolerar con indiferencia, como si no fuera con nosotros, y una lacra que no tiene por qué existir, con tal de que nos pongamos en marcha con entrega y audacia.

+ Rafael, Obispo de Cádiz y Ceuta

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