El #seminariosiguencasa. Jesús Molina «Esta situación nos ha obligado a replantearnos nuestro modo de vida conforme a nuestro ser de seminaristas»

El Seminario diocesano San Bartolomé es una de las instituciones diocesanas que ha visto alterada su funcionamiento de manera importante en esta crisis del coronavirus. Varios de los seminaristas han regresado a sus casas, para estar la cuarentena junto a su familia, mientras que unos pocos han optado por seguir en el Seminario, junto a los formadores.

Sin embargo, el seminario sigue adelante, de manera virtual, y los seminaristas están viviendo este particular tiempo con una entrega y un espíritu de fe inquebrantables. Reuniones virtuales, rezos a la misma hora o la participación en la eucaristía a través de la página de Facebook del seminario, son algunos de los momentos que comparten. El  #seminariosiguencasa y hoy, comparte su testimonio Jesús Molina, seminarista de cuarto curso del

«Esta situación tan peculiar nos ha afectado a todos, también en el seminario. El pasado día 14 de marzo pudimos marcharnos a casa ante la previsión de las condiciones del estado de alarma, y esto nos ha obligado a replantearnos nuestro modo de vida conforme a nuestro ser de seminaristas, ya que nos exige un compromiso mucho mayor en estos días de confinamiento que, por ahora, no acaban.

Esta situación nos ha obligado a replantearnos nuestro modo de vida conforme a nuestro ser de seminaristas

En mi casa – lo agradezco a Dios cada día – puedo vivir en un ambiente cristiano con mi familia, y así aprovechamos juntos para reunirnos y ver la retransmisión de la Misa o para rezar en los días más importantes para nuestra fe. Gracias a ello no pierdo el norte y cada día, con la guía de un horario bien definido y de mucho ánimo y alegría, puedo continuar con la vida del seminario en el confinamiento, con el mismo ritmo dedicado al estudio y la oración como corresponde en cada momento. Además, las reuniones telemáticas que mis compañeros y yo compartimos cada día no nos dejan olvidar a los que nos acompañamos en este camino que ahora, aunque estemos separados, vivimos de este modo todos juntos, siempre unidos.

Los seminaristas, aunque estemos separados, vivimos de este modo todos juntos, siempre unidos

Sólo me queda pedir la oración de cuantos guardan gran cariño por nuestro seminario. Con firme confianza en Dios, pasaremos esta prueba que a todos nos hará amarlo más por el desapego de las cosas al término de estos días que, por la esperanza, muy pronto acabarán.»

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