La importancia vital de los sacramentos

Scott Hahn

Comprometidos con Dios

La promesa y la fuerza de los sacramentos

Madrid, Rialp

¿Dónde reside -me he preguntado- la sorpresa que me ha producido la lectura desde las primeras líneas hasta el final de este libro? Tras pensarlo detenidamente he llegado a la conclusión que se debe, sobre todo, a la amenidad del relato a pesar de la profundidad de los conceptos que en él se manejan y no obstante a la agudeza de sus análisis. Me ha llamado la atención la claridad con la que el autor explica unos conceptos teológicos, debido, sin duda alguna, a la hábil conexión que establece con sus experiencias personales.

Scott Hans es -no lo perdamos de vista- un teólogo converso, un protestante calvinista que cuenta el proceso apasionante de su descubrimiento de la importancia vital que la tradición católica concede a los sacramentos como regalos que Cristo otorga al mundo. Cuenta cómo, poco a poco, los fue estudiando y “vislumbrando su drama, su pasión, su grandeza, su esplendor, su esperanza y, finalmente, su fuerza”.

Gracias a su conocimiento detallado y profundo de las Sagradas Escrituras nos descubre cómo el lenguaje de los sacramentos coincide con el modo característico y singular que Dios empleó siempre para relacionarse con su pueblo y cómo realiza alianzas no mediante conceptos abstractos sino a través de signos materiales, de objetos físicos que son percibidos por los cinco sentidos: la sangre de los animales, la luz, el agua, el pan el vino, el aceite o el perfume. Cuenta cómo, progresivamente, él va aprendiendo a leer las Escrituras de una forma diferente, “de una manera sacramental”, descubriendo y penetrando en el simbolismo trascendente de los objetos y de las acciones.

Posteriormente, ya católico, comprobó cómo el Catecismo de la Iglesia Católica se adentra en las Escrituras para proporcionarnos una visión aún más rica de esas acciones sacramentales: “como fuerzas que brotan del Cuerpo de Cristo siempre vivo y vivificante”.

Oportuna y clarificadora es, a mi juicio, la agrupación de los sacramentos como lo hace la Iglesia en sus últimos documentos: los de iniciación -Bautismo, Confirmación y Eucaristía, que hacen a la persona cristiana o la inician en el Cuerpo de Cristo-, los de curación -Penitencia y Unción de los enfermos, que reparan el cuerpo y el espíritu- y los de servicio a la comunidad -El Matrimonio y el Orden Sacerdotal- que fortalecen a la Iglesia y se dirigen al bien de los demás. El tratamiento de estos ritos desde su propio contexto, desde su lado más íntimo al considerar a los destinatarios como miembros de la “familia de Dios”.

En mi opinión el relato detallado, interesante y ameno de la propia experiencia de un calvinista que descubre la importancia de la vida sacramental constituye una invitación amable y elocuente para que los lectores creyentes redescubramos la necesidad de explicar, celebrar y de vivir los sacramentos como ayudas imprescindibles para seguir a Jesús y para servir a los hermanos.

José Antonio Hernández Guerrero

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