Nochebuena en Botafuegos

Cada Nochebuena Jesús se hace presente en medio del dolor del ser humano. El jueves 24, no era el mejor día para los privados de libertad. La ausencia de sus seres queridos, la soledad, el silencio de la noche, el recuerdo de los abrazos y villancicos de la infancia hace que el corazón sangre de dolor en un día tan especial. Pero pasa eso, vino y viene Jesús, para restaurar el dolor y ser motivo de esperanza.

Este año, a causa de la pandemia la Nochebuena ha sido diferente a las demás, pero no por ello, la Pastoral Penitenciaria ha dejado de llevar el mensaje de Jesús. El 24 por la mañana nuestro Obispo y pastor, D. Rafael Zornoza, cruzaba las puertas del Centro Penitenciario de Botafuegos para llevar un mensaje de esperanza y alegría. Fue recibido por el subdirector médico D. Carlos, los capellanes trinitarios y varios funcionarios y voluntarios de la Pastoral Penitenciaria.

Su primera visita fue la enfermería de la prisión, donde pudo ver la realidad del dolor y la enfermedad. Más de treinta enfermos se aglutinaron entorno al Pastor de nuestra diócesis, para escuchar sus palabras y mensaje de Navidad. Los internos de enfermería le prepararon varios villancicos y algún baile que otro, al compás de la guitarra que tocaba el capellán trinitario del centro. No faltaron lágrimas, risas, ilusiones, y algunas palmas que salían de las manos de D. Rafael al son de los villancicos al Redentor. Se rezó por varios internos que habían muerto en este año, y tras recibir la bendición, dos internas le regalaron al Obispo un ramillete de flores, detalle nacido del agradecimiento del corazón de los presos.

Después, nos dirigimos a la capilla en el sociocultural, donde el módulo de mujeres estaba preparando la tradicional “Misa del Gallo”. La capilla decorada en todo su esplendor acogió al módulo 1, voluntarios de la Capellanía y varios funcionarios para celebrar el nacimiento del Señor. D. Rafael transmitió un mensaje de alegría, muy cercano a la realidad donde se encontraba. Las lágrimas no faltaron en las mejillas de los que allí se encontraban, al igual que no faltó la presencia del Señor, pues fueron muchas gracias derramadas durante toda la mañana. Todos en ese día necesitaban de Jesús, pues sin Él todo sería sin sentido y nuestros corazones estarían vacíos.

Los villancicos fueron animados por los voluntarios de la pastoral, y gracias a ellos, regresó a Botafuegos la Navidad. Al finalizar la Santa Misa, el Obispo tomó entre sus brazos al Redentor y lo presentó a los internos, los cuales, como deseosos pastorcitos se acercaron para adorar el Niño Dios.
Al salir de la celebración, D. Rafael despidió personalmente a todos los internos, regalándoles su bendición y un evangelio de bolsillo, detalle anual de Cáritas parroquial de la Palma de Algeciras, para que la Palabra de Dios cale cada día del año en los corazones de los internos.
Durante estos días navideños, todos los módulos pasarán por la capilla para celebrar el nacimiento del Señor. Recordemos que todos necesitamos de Dios, pero que Él viene expresamente a todos aquellos que viven sumergidos en el dolor y en la indiferencia de la sociedad, al igual que los pastorcillos de Belén.

 

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