Las celebraciones populares

Ramiro González

Piedad popular y liturgia

Barcelona, Centre de Pastoral Litúrgica

            Hemos de reconocer que, a pesar de la claridad, del rigor y de la fuerza con la que la Congregación para el Culto Divino y la disciplina de los sacramentos ha proporcionado principios, criterios y pautas para armonizar las celebraciones litúrgicas y la piedad popular, en la práctica aún sigue siendo dos ámbitos separados y, a veces, distantes.

Es cierto que algunas fiestas populares han perdido su conexión con sus orígenes cristianos pero también es verdad que algunos liturgistas no tienen muy en cuenta las posibilidades pastorales que proporcionan estas celebraciones para redescubrir los mensajes evangélicos, para profundizar en las enseñanzas catequéticas e, incluso, para explicar los significados de las acciones litúrgicas. De la misma manera que aceptamos que la reflexión teológica ha de iluminar las realidades seculares, económicas, sociales y políticas, deberíamos asumir la necesidad de explicar los valores cristianos de las fiestas y de la religiosidad popular.

Este libro, fruto de los ampli0s, rigurosos y oportunos análisis de uno de los investigadores más cualificados en Liturgia, parte del supuesto de que celebraciones festivas poseen unos valores humanos reconocidos por los psicólogos, sociólogos y antropólogos. Ramiro González, doctor en Sagrada Liturgia por el Instituto San Anselmo de Roma, explica de manera rigurosa, clara y práctica la riqueza humana y cristiana que están sedimentadas en las manifestaciones populares y festivas a lo largo de las diferentes tradiciones culturales.

A partir del Directorio de la Congregación para el Culto detalla la relación que se establece entre a piedad popular y la liturgia, profundiza en los valores de la piedad popular y, especialmente, en las devociones marianas, y explica con detalle las diferentes maneras de conectar en las parroquias las celebraciones litúrgicas con la piedad popular. En mi opinión este libro es una herramienta notablemente útil -pienso que imprescindible- para que los profesores, catequistas, religiosos y religiosas, miembros de hermandades y de cofradías y agentes de la pastoral, aclaren conceptos y profundicen en la importancia cultural y cristiana de estas fiestas y celebraciones populares.

Como afirma textualmente el Directorio, “La religiosidad popular constituye una expresión de la fe que se vale de los elementos culturales de un determinado ambiente, interpretando e interpelando la sensibilidad de los participantes, de manera viva y eficaz. Se expresa de formas diversas y diferenciadas, tiene como fuente, cuando es genuina, la fe y debe ser, por lo tanto, apreciada y favorecida”. Hemos de aceptar que, en sus manifestaciones más auténticas, no se contrapone a la centralidad de la Sagrada Liturgia, sino que, favoreciendo la fe del pueblo, que la considera como propia y natural expresión religiosa, predispone a la celebración de los Sagrados misterios.

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