La Cruz de Lampedusa se despidió de nuestra diócesis un año después de su llegada

En la noche del 13 de marzo de 2020 la Cruz de Lampedusa llegaba a Algeciras, dentro de una peregrinación que estaba realizando por las distintas diócesis de España y que gracias a las gestiones del Secretariado Diocesano de Migraciones hizo parada en nuestra diócesis. Debido a la declaración del Estado de Alarma por la pandemia de la Covid-19,  la Cruz de los migrantes se quedaba en el Estrecho, uno de los puntos calientes del paso de migrantes en el mundo, y junto a una casa de acogida con inmigrantes de la Fundación Prolibertas de los Trinitarios de Algeciras.

La casualidad o la divina providencia ha querido que esta cruz, realizada con las maderas de una patera naufragada, quedara custodiada durante este año por los Padres Trinitarios de Algeciras. Nos ha acompañado en este momento de gran sufrimiento para toda la humanidad, experimentado su consuelo y su fuerza en nuestra labor por los migrantes y en nuestra labor pastoral.

La propia embajadora de la Cruz de Lampedusa, Graziella Cuccu, afirmaba que con la Cruz han vivido muchas experiencias desde la fe. «De repente han cambiado los planes, como si la Cruz, la providencia quisiera otra cosa y, gracias a eso, se han encontrado con la Cruz personas que no se lo esperaban. Se han vivido testimonios de conversión y llanto irrefrenable ante la Cruz». Por eso ella está convencida de que en Algeciras se ha quedado por algún motivo que Dios quería. «Quizás la Cruz, quiera llegar hasta la orilla del Estrecho a bendecir esas aguas donde se ahogaron las esperanzas de una tierra prometida de más de 7000 inmigrantes. Quizás la cruz haya escuchado el grito de tantos hermanos que perdieron su vida, quizás la cruz quiera acoger el dolor de tantas cruces de este cementerio bajo agua. Si morimos con Cristo, con él resucitaremos (Rm 6,8. 2Tm 2,11)».

Aseguran los Padres Trinitarios que durante estos meses han sentido su protección en su labor con migrantes y necesitados. La Fundación Prolibertas ha experimentado la protección de la Cruz, al poder continuar con su labor a favor con personas en exclusión o riesgo de exclusión social a través de su casa de acogida y su programa de empleo. Más del 70% de los atendidos son migrantes.

Así, la Cruz de Lampedusa ha presidido la vida de fe de la comunidad de Religiosos Trinitarios y de la parroquia Santísima Trinidad, con celebraciones como: los Círculos de Silencio mensuales, la Cuaresma, la Semana Santa, la Pascua, el 50 aniversario de la refundación de los Trinitarios en Algeciras, o la llegada y bendición de la nueva imagen de la Virgen del Buen Remedio, entre otras. Asimismo, ha estado presente en la vida parroquial de muchas personas, que han comunicado el consuelo y esperanza que han recibido al orar ante la Cruz.

Con todo, la Cruz de Lampedusa partía de Algeciras el pasado 8 de marzo rumbo a Vigo, para continuar su peregrinación por España. Posteriormente tiene previsto viajar a otros del mundo como la frontera de Méjico con Estados Unidos.

Graziella Cuccu, ha dejado abierta la posibilidad de que la Cruz vuelva a Algeciras con la comunidad de Trinitarios, que fueron nombrados custodios de la Cruz, si la peregrinación se detiene por las limitaciones derivadas de la pandemia.

La Cruz de Lampedusa

Se trata de una pieza de 2,80 metros de alto, 1,50 metros de ancho y 60 kilos, realizada con la madera de una patera, una barcaza de inmigrantes que naufragó en octubre de 2013, dejando 366 muertos frente a la isla italiana.

El creador de esta cruz es el carpintero Francesco Tuccio, que quiso recordar el drama y honrar a los muertos recogiendo tablas del naufragio para crear esta cruz.

En abril de 2014, la fundación italiana Casa del Espíritu Santo y las Artes de Milán presentó al Papa la cruz hecha con las tablas de las pateras naufragadas. La bendijo y les dijo a los representantes de la fundación que la llevaran por todo el mundo.

Con esta iniciativa se busca transmitir un mensaje de «solidaridad y paz entre las ciudades, comunidades, parroquias y culturas». Los organizadores quieren que la cruz sea una especie de «estafeta espiritual» para que pase de comunidad en comunidad deteniéndose en las parroquias que quieran acogerla, para ser hospedada definitivamente tras su largo recorrido en la Iglesia de San Esteban en Milán.

 

La labor de la Fundación Prolibertas en 2020:

  • 102 personas en la casa de acogida
  • 400 personas atendidas en el programa de empleo
  • 8 cursos de formación
  • 150 inserciones laborales
  • Trabajo en red con otras entidades como Cruz Blanca, Cáritas, Secretariado Diocesano de Migraciones, Justicia y Paz, Asociación Cardijn, Fundación Tierra de Todos, CONFER, Voluntarios por otro mundo, Familias Solidarias de Chiclana, Cepain, Cear, Algeciras Acoge, … experimentando que la inmigración aporta mucho a nuestra sociedad, ya que están deseando trabajar y tener una oportunidad.
  • En Cáritas parroquial aumentó el número de familias afectadas por la pandemia, familias que nunca antes habían necesitado de este recurso. Ante la falta de recursos, experimentamos la providencia en la solidaridad de muchos particulares y algunas empresas.

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