200 años al servicio de la misión

El 23 de octubre celebramos el día internacional en el que toda la Iglesia reza especialmente por la causa misionera, y organiza una colecta para colaborar con ella. El Domund es una Jornada universal que se celebra cada año en todo el mundo, el penúltimo domingo de octubre, para apoyar a los misioneros en su labor evangelizadora, desarrollada entre los más pobres.

El Domund es una llamada a la responsabilidad de todos los cristianos en la evangelización. Es el día en que la Iglesia lanza una especial invitación a amar y apoyar la causa misionera, ayudando a los misioneros. Los misioneros dan a conocer a todos el mensaje de Jesús, especialmente en aquellos lugares del mundo donde el Evangelio está en sus comienzos y la Iglesia aún no está asentada.

Este año, el Domund cumple 200 años al servicio de la misión. El Santo Padre ha propuesto para la Jornada del Domund de este año 2022 el lema Seréis mis testigos (Hch 1,8). Eso dice el Señor a los apóstoles. Y estos hombres, pocos y con muchas debilidades, se extendieron por todo el mundo, sin miedos, sin complejos, sin protestas ni condiciones, a llevar aquello que habían descubierto en el Corazón de Cristo, que les había cambiado la vida.

Hoy muchos hombres, y más mujeres todavía, de todas las condiciones —solteros, casados, sacerdotes, consagrados…— están siendo testigos de Dios por toda la tierra. Son nuestros misioneros; esas personas que han oído la voz del Redentor que las llama y están convencidas de que pueden aportar su grano de arena para que este mundo sea un poco más digno cada día.

Son hombres y mujeres de todas las edades, aunque la media de años, muy alta, es señal de que hacen falta nuevos jóvenes, como ellos lo fueron en su momento, que vivan también ese precioso compromiso de entrega a la misión para toda la vida. Son personas que creen que pueden ser sal que ayude a que no se corrompa nuestra sociedad; que creen que pueden ser luz que impida que las tinieblas del pecado, el egoísmo, la soberbia y la avaricia reinen en nuestros corazones.

Hace muy poco, el 22 del pasado mes de mayo, se beatificaba en Lyon a Pauline Marie Jaricot. Esta mujer no vivió tiempos más fáciles y cómodos que los nuestros. Era una laica de la Francia de principios del siglo XIX, llenos de reminiscencias caducas e ideológicas… Pero no pactó con el mundo que le había tocado vivir. Con una intrepidez espectacular y, sin duda, con la fuerza que da el Espíritu Santo a los que aman a Dios, ella quiso ser testigo de algo mejor, de un mundo mejor, de unas relaciones humanas mejores.

La joven Pauline unió la oración, verdadera contemplación del corazón, con la acción y con la compasión. Y concibió así “el plan” que permitió fundar la Sociedad de la Propagación de la Fe en 1822, motivada por el deseo de que en el mundo reinara el amor de Dios, capaz de hacer que todo se transforme. Una Sociedad que, con el correr del tiempo, llegó a convertirse nada menos que en una de las Obras Misionales a las que el papa Pío XI dio justo un siglo después, en 1922 —otro de los grandes centenarios de este año—, la categoría de “Pontificias”, recomendándolas y encomendándolas a toda la Iglesia.

Pero hubo todavía más. La creación, también por parte de la beata Pauline Jaricot, de la Asociación del Rosario Viviente, que tuvo lugar unos años más tarde, en 1826, fue una lección de confianza en Dios y en el poder de la oración para hacer realidad la paz y la fraternidad prometidas por Jesús. Y, por último, su empeño firme y audaz de sacar a los trabajadores y, especialmente, a las trabajadoras de una forma de vida injusta, inhumana y anticristiana —empeño que acabó llevándola a la ruina y a la mayor de las pobrezas— es todo un testimonio de que el creyente no se puede conformar con el lamento y la queja; de que cada uno de nosotros, tú y yo, igual que el papa Francisco o las religiosas, estamos llamados a ser testigos de Cristo muerto y resucitado; de que ninguno de nosotros puede pactar con la mediocridad.

El Domund de 2022 va a ser un bonito homenaje a los que, como Pauline Jaricot, se creen el Evangelio y procuran ser sus testigos en la misión.

El Domund en la Diócesis de Cádiz y Ceuta

En nuestra diócesis de Cádiz y Ceuta tenemos en la actualidad a 46 misioneros repartidos entre América, Asia, África y Europa.

Entre las actividades diocesanas para la celebración del Domund destaca la Eucaristía del domingo 23 de octubre, a las 12.00 horas, que será presidida por el obispo diocesano, Mons. Rafael Zornoza, en la Catedral de Cádiz.

El miércoles 19 de octubre, a las 19.30 horas, en el monasterio del Corpus Christi, en Cádiz, el obispo diocesano presidirá la misa de acción de gracias con motivo de la celebración de Santa Teresa del Niño Jesús, Doctora de la Iglesia.

Por otro lado, viernes 21 de octubre, a las 20.30 horas, en la Parroquia Nuestra Señora de los Milagros, en Algeciras, se celebrará una Vigilia de Oración. El sábado 22 de octubre, a las 17.30 horas, en la Parroquia San Juan Bautista, en Chiclana de la Frontera, una misa de acción de gracias por el misionero Pedro Manuel Salado. Y ese mismo día, a las 19.00 horas, en la Parroquia San Benito, en Puerto Real, se celebrará una misa y posteriormente un Rosario Misionero con la Virgen de la Amargura por las calles de la feligresía.

Además, el 23 de octubre, tanto en horario de mañana como de tarde, un grupo de misioneros diocesanos se conectarán a través de internet, desde sus territorios de misión para contar su experiencia misionera y responder a las preguntas de todos aquellos que se conecten a través de los enlaces que el Secretariado Diocesano de Misiones irá anunciando, a través de sus redes sociales en los próximos días.

También, desde el Secretariado de Misiones se ha invitado a todos los colegios de la diócesis a participar en la III Carrera Solidaria Virtual Corre por el Domund, a través de la iniciativa El cole que más corre. Bajo el paraguas del área de Educación Física y a través de los especialistas de Educación Física, Educación Artística y Religión, se vertebrarán diferentes propuestas para que todo el centro educativo pueda integrar, de una forma global, transversal y multidisciplinar, la carrera del Domund. El objetivo es que conozcan el Domund, que descubran a los misioneros y sientan la responsabilidad que, como cristianos, tienen con el mundo.

¿Por qué es necesario el Domund? 

Para explicar la labor evangelizadora que la Iglesia realiza en los territorios de misión. Para dar a conocer la vida de las comunidades que constituyen las Iglesias jóvenes. Para fomentar las vocaciones misioneras, así como la formación y la oración de todo el pueblo de Dios. Para buscar la ayuda económica que permita sostener a las Iglesias más pobres. Para dar a conocer las Obras Misionales Pontificias como instrumento del Papa para la misión.

Colabora con los misioneros

Reza: la oración es el pulmón de la misión y del misionero, en España y en el mundo.

Donativos: Las Iglesias más jóvenes y pobres (1.116 territorios de misión) no pueden sostenerse por sí mismas. Los donativos del Domund son enviados al Fondo Universal de Solidaridad. El Papa distribuye equitativamente las ayudas según las necesidades más urgentes.

En 2021, Obras Misionales Pontificias de España destinó 10.095.972,36 euros para atender las necesidades de las Iglesias pobres en los territorios de misión. Se financiaron 453 proyectos, beneficiándose 74 países.

Puedes colaborar a través de:

  • Bizum: 05399
  • Transferencia: Obras Misionales Pontificias ES24 0075 3030 00 0602016529 (Banco Santander)
  • Teléfono: 915 902 780

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