La Parroquia de Santa Cruz acoge una exposición sobre la fundadora de las Hermanas Oblatas

Desde hoy, 17 de abril, y hasta el próximo 27 de abril, se puede contemplar en Cádiz, en la Parroquia de Santa Cruz, Antonia María de Oviedo y Schönthal, una historia de opción y de cambio. Una exposición que conmemora el bicentenario del nacimiento de la fundadora de las Hermanas Oblatas del Santísimo Redentor.

A través de ella se podrá viajar en el tiempo, de la mano de la Madre Antonia, trasladándonos al siglo XIX, con fotografías inéditas, ilustraciones, recuerdos de su vida de espiritualidad y la misión de esta gran mujer. De esta manera, se compone de once roll-up, cada uno de ellos dedicado a un tema concreto: su infancia, su adolescencia, su juventud, su personalidad, que marca estilo en la diferencia, en un siglo muy restrictivo para las mujeres, su experiencia de fe, la transformación interior que esta conlleva, su forma de actuar en la vida con creatividad, coraje y belleza, su talante resiliente, la decisión de cambiar su nombre por el de Antonia María de la Misericordia, la pedagogía del amor, que impulsa a lo largo de su vida, entre las alumnas, niñas, jóvenes, mujeres a quienes acompaña, y su profundidad humana y creyente, con gran visión de futuro.

Durante la inauguración, que ha estado presidida por el párroco de Santa Cruz, P. Rafael Fernández Aguilar, y la representante del Proyecto Oblatas Cádiz-Mujer Gades, María Luisa Cotolí, se ha asegurado que con esta muestra “se podrá comprobar cómo la vida de cualquier persona cristiana puede convertirse en algo grande, si las pequeñas cosas se hacen con amor”.

El horario de la exposición es de martes a jueves, de 11.00 a 13.00 horas y de 17.30 a 20.00 horas. Y los viernes, de 09.00 a 13.00 horas y de 17.30 a 20.00 horas.

Sobre Antonia María de Oviedo y Schönthal

Antonia María de la Misericordia fue una persona habitada por Dios, que descubrió la libertad y la humildad de estar plenamente presente para entregar con generosidad su vida en beneficio de los demás, en beneficio de las mujeres que padecían la vulneración de sus derechos. Su principal deseo fue estar en el deseo de Dios. Con mirada humana descubrió la vida y con mirada humanizadora la potenció. La Iglesia la reconoció venerable en 1962 y su causa de beatificación está activa, a la espera de que se reconozca su santidad.

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