«Con la Cruz esperamos que, quien no haya llorado ya, despierte ante lo que vivimos cada día»

Graziella Cuccu

En poco más de 10 días, la Cruz de Lampedusa comenzará su recorrido por diversas localidades de nuestra diócesis. Una visita de especial significado en una zona, como la nuestra, en la que, cada día, somos testigos de la dura realidad de las migraciones. Una tragedia a la que el cristiano no puede ser indiferente y en la que la Iglesia diocesana se hace presente a través del Secretariado diocesano de Migraciones y su enorme labor.

Graziella Cuccu, de la Fundación Casa del Espíritu y las Artes, es la responsable de la Cruz, cuando viaja fuera de Italia y con ella hemos hablado del  significado de esta cruz, de su viaje y del mensaje que, con este recorrido, quiere enviar el Papa Francisco a todos los creyentes.

P- La Cruz de Lampedusa llegará en unos días a Cádiz, dentro de un recorrido por España y otras diócesis del mundo ¿Cuál es el sentido de esta peregrinación? ¿Qué representa esta cruz hecha con madera de una barca de migrantes?

El sentido de la peregrinación es muy sencillo, es recordar a todos lo que está pasando en este momento. Un momento muy difícil para todos, no sólo para Europa, sino para el mundo entero.

La Cruz de Lampedusa representa a todos los emigrantes. A los que se mueven en el Mediterráneo, sin duda, pero también a todos los emigrantes del mundo, a los que salen de México para llegar a los Estados Unidos, a todos… la Cruz de Lampedusa recuerda que todos somos emigrantes. El primer emigrante ha sido Jesús, con María y su esposo, entonces, somos emigrantes todos. Y hemos de recordar también que somos hermanos: cuando están en el barco y fuera de él. Tenermos que recordar que somos todos hermanos, por es, el recorrido de la cruz es también espiritual: para recordar todo esto.

La Cruz de Lampedusa tiene tres clavos, uno en cada brazo y otro abajo. Estos tres clavos son originales del barco, no se han cambiado de sitio

P- El Papa habla de manera continuada, de la responsabilidad de los cristianos ante la tragedia de las migraciones, una nueva cruz en la que Cristo muere, ¿Cómo surge la idea de la construcción de la cruz y cómo se construye?

En Lampedusa existe una puerta simbólica, la Puerta de Lampedusa o puerta de Europa, hecha por Mimmo Palladino. Durante el Año de la Misericordia, el Papa Francisco la nombró como puerta santa, porque era la “puerta de entrada desde el Mediterráneo”.

Tras de la visita de Francisco a Lampedusa, (2013), Arnoldo Mosca Mondadori, el presidente de la Fundación de la Casa y del Espíritu y de las Artes, tuvo la idea de regalar al Papa Francisco una cruz grande. Arnoldo Mosca le dijo Francesco Tuccio que quería una cruz grande, porque había de ser una cruz que recuerde a todos lo que está pasando en este momento. No era fácil encontrar la madera, porque los barcos, al llegar a Lampedusa se rompían contra las rocas, muy pocos llegaban enteros. Tras un tiempo, Francesco Tuccio llamó a Arnoldo Mosca y le dijo “he encontrado la madera”. La madera tenía unos clavos situados de tal manera que parecía que este barco había nacido para ser una cruz: La Cruz de Lampedusa tiene tres clavos, uno en cada brazo y otro abajo. Estos tres clavos son originales del barco, no se han cambiado de sitio

 

P- ¿Y el inicio de su peregrinación ¿de donde surge?

Una vez Francesco Tuccio hizo la Cruz de Lampedusa, se llevó al Vaticano donde el Papa Francisco la bendijo. Para el Papa fue un momento muy fuerte, encontrarse frente a esta cruz, tan pobre, con la pintura original del barco, los rayones…. En el momento en que Francisco la bendijo se conmovió mucho y nos dijo “tenéis que llevarla a todos los lugares”. Ahí empezó el viaje de la Cruz de Lampedusa, es un mensaje que el Papa Francisco envía a todas las diócesis,

 

P- ¿Cómo reciben las diócesis este mensaje? ¿Cómo continúa en el tiempo una vez se va la Cruz?

Cuando la Cruz de Lampedusa visita una diócesis, se deja de recuerdo una cruz pequeña, hecha de la misma madera del barco que la cruz original. La cruz pequeña se deja para que se sigan haciendo actos, que se recuerde lo que esta ocurriendo… Ya hemos tenido un holocausto muy fuerte y de todos los sabemos, pero aún hoy, mucha gente se excusa, “yo no estaba”, “fue hace mucho tiempo…””no tengo la culpa…” . Cuando dejo la cruz pequeña siempre repito que la cruz pequeña hace el recorrido de la cruz grande y se queda en las diócesis para que se recuerde que ha pasado la Cruz grande. Cuando la Cruz de Lampedusa está en las diócesis se hacen actos… homilías, vigilias; entra en colegios, en hospitales… es una Cruz que no es sólo para la Iglesia, es de la Iglesia pero representa a todos,  a los más pobres, a los últimos, porque Jesús miraba a los que más necesitaban, la Cruz  de Lampedusa es todo esto y la cruz pequeña tiene que seguir recordando todo esto también.

 

P- En su recorrido, son muchos los migrantes que se encuentran con la cruz, con la perspectiva de quien ha estado, muchas veces, sobre barcas similares ¿Cómo reaccionan estas personas migrantes ante la Cruz de Lampedusa?

Casi todos llorando. Para ellos es un momento muy fuerte, que les recuerda cuando ellos estuvieron en un barco, porque casi todos han llegado así. Pero no sólo es un momento muy emotivo para los emigrantes que llegan del Mediterráneo, sino también los procedentes de Hispanoamérica, peruanos, bolivianos, mexicanos… para ellos, es también un momento muy especial. Para los que han cruzado el mar, es especialmente fuerte. Pasan el tiempo ante la Cruz llorando y rezando, pero siempre dicen “Gracias. Gracias porque estáis movilizando a la gente y eso es importante”. Eso es lo que hacemos, intentar romper este muro de invisibilidad.

Los migrantes pasan el tiempo ante la Cruz llorando y rezando, pero siempre dicen “Gracias.

P. Nuestra diócesis se encuentra en uno de los puntos clave de este movimiento migratorio de los últimos años, ¿Qué esperan de su paso por Cádiz?

Lo único que esperamos es que, la persona que hasta hoy no se había despertado comience a hacerlo, sólo esto. Lo que pedimos es que la gente empiece a hacerse preguntas. En algún momento, algún periodista me ha preguntado ¿Cómo se puede terminar con todo esto que esta pasando? Y yo respondo “yo soy madre, y cada noche, cuando me acerco a la cama de mis hijos, rezo a Dios para que lo que les esta pasando a estos chicos, a estos bebés que se mueren en el mar, no les pase a mis hijos, que no quiero que les pase”, pero que pienso que en este mundo no podemos decir lo que va a ocurrir mañana. Yo espero que ,si les pasa algo a mis hijos, haya alguien que los ayude. Y luego, hacer lo que puedo y hacerlo de verdad”, aunque sea muy poco: porque en realidad lo que yo hago es pequeño: hablo con las personas, acompaño la cruz… y también en el trabajo, en la casa, hay muchas formas.

 

P- Esa pregunta es continua en muchas personas, ¿cómo podemos actuar ante estas realidades tan inhumanas? ¿Tienen solución?

Voy a contar una historia personal. Hace muchos años, era invierno y mi marido estaba ingresado en una clínica. Una de las veces de vuelta a mi casa, al ir a por el coche, pasé por un banco y dentro, en la parte del cajero, había una mujer con dos niños durmiendo en el suelo. No pude estar indiferente. Los llevé a mi casa. Y no podía parar de llorar pensando “¿cómo se puede llegar a esto? No es humano”.  Realmente, ya había empezado mi viaje, por llamarlo así, el viaje junto a la cruz de Lampedusa. Encontré a Arnoldo Mosca Mondadori y la Fundación Casa del espíritu y las Artes y respondí a eso que tenía que hacer y es lo que intento llevar a cabo: movilizar a la gente, que la gente se despierte, que empiecen a hacerse preguntas, especialmente las madres. Siempre digo que si se mueven las madres se mueve el mundo.

Recuerdo también que hace cinco años hicimos una reforma en casa. En ella trabajaba un chico de unos 25 años. Al llegar la hora de la comida, todos se iban a un bar y él se quedaba aquí, en una esquina, donde comía sólo algo de pan. Por entonces, teníamos una perrita y en esas horas de la comida, no la veíamos, desaparecía. Descubrí que iba con este chico que compartía parte de su pan con ella. Me hizo pensar “¿cómo puede ser? Este chico no tiene nada y lo reparte con mi perra”. Me removió por dentro. Empezó a comer con nosotros y yo le preparaba comida para la noche. Esto, tan sencillo, lo podemos hacer cuando vemos a una persona con dificultades.

En el mundo de hoy estamos indiferentes ante los demás, queremos el último móvil, la televisión … pero no nos preguntamos ¿y si mañana no los tengo? Empieza a pensar qué es lo que más necesitas y acabarás pronto en los demás y descubrirás una enorme felicidad.

Cada noche pido a Dios que mis hijos no sufran estas cosas que veo pero luego pienso y pido que, si les han de pasar, haya alguien que les ayude

P- ¿Cuál es la misión de la Fundación Casa del Espíritu y las Artes?¿Tienen otras iniciativas fuera de Italia?

En España hemos abierto el primer taller de formas sagradas, en Granada. Es una iniciativa que tenemos en otros lugares: Sri Lanka, Mozambique, Argentina… y que el Papa Francisco bendijo también.

El primer taller de fabricación de formas sagradas nació en una cárcel de máxima seguridad, en la cárcel de Opera, y lo empezaron tres presos de cadena perpetua. Lo hacemos para que la gente sea sensible a la Eucaristía porque la Eucaristía es un momento muy importante para los católicos.

La gente que trabaja en estos talleres son personas que necesitan ayuda. Nosotros ponemos la maquinaria, el dinero… todo lo que necesiten como Fundación. Estas formas van a todas las parroquias, pero no se pueden vender. Las parroquias pueden hacer un donativo al centro- taller pero el taller no puede venderlas. Porque la forma representa el cuerpo de Cristo, se convertirá en el Cuerpo de Cristo, nacen para esto y el Cuerpo de Cristo no tiene precio, es imposible comprarlo con dinero. Estamos abriendo estos talleres en el mundo. Es otro proyecto muy importante. Donde llevo la Cruz, generalmente llevo estas formas

 La Cruz de Lampedusa del papa Francisco visitará la Diócesis de Cádiz y Ceuta entre el 9 y el 15 de marzo, recorriendo parroquias, centros diocesanos, hermandades y sedes de congregaciones religiosas.

El Día 9, las calles de Cádiz Interior acogerán un Via Crucis con esta Cruz que partirá desde la Iglesia de Santo Domingo.

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