Ciudad biblia: una guía para adentrarse, perderse, y encontrarse en los libros bíblicos

Textos: Xavier Pikaza

Coordinadores de la edición: María Puy Ruiz de Larramendi y Regino Etxabe Díaz

Estella (Navarra) Editorial Verbo Divino, 2019

En mi opinión, para interpretar y para valorar adecuadamente los contenidos y los lenguajes de este libro deberíamos adoptar la disposición de quien recibe un regalo que, además de sorprendernos, nos genera unos hondos sentimientos de admiración y de gratitud. Adelanto una de mis conclusiones: a pesar de que doy por supuesto que los contenidos de esta obra son religiosos, sus destinatarios no son exclusivamente los creyentes cristianos sino los lectores que profesen otras creencias y los estudiosos de otras disciplinas humanas como la Filosofía, la Hermenéutica, la Historia, la Antropología, la Historia del Arte y de la Literatura. Sí, no tengo dudas de que interesará a todos los que trabajan buscando las raíces de nuestra cultura.

Aunque el autor de los textos, Xavier Pikaza, declara que su objetivo es que “todo creyente lea el texto bíblico completo, y no solo los párrafos más conocidos”, estoy convencido de que las informaciones que nos aporta, sus análisis exegéticos y sus consideraciones pastorales proporcionan una considerable variedad de recursos -principios, criterios y pautas- para fundamentar una cultura humana y cristiana enraizada en los valores éticos y sociales.

El libro es una guía que, además de llamarnos la atención sobre los pasajes más importantes de la Biblia, nos proporciona las claves para descifrar sus significados más vitales y nos dibuja los diferentes contextos-históricos, sociales y culturales- en los que hemos de situar cada relato. Las fichas literarias de los 73 libros nos facilitan la interpretación teológica y la aplicación catequética.

A la importancia del contenido y al valor pedagógico de esta obra “monumental”, hemos de añadir el derroche estético de su lujosa edición con 220 ilustraciones, infografías y mapas, coordinada por María Puy Ruiz de Larramendi y Regino Etxabe Díaz, ilustrada por Jesús Aguado y supervisada por José Luis Albares.  Me atrevo a indicar este dato porque el marco teórico en el que sitúo mi comentario a este libro contradice algunas concepciones teóricas y frecuentes comportamientos prácticos que no tienen en cuenta que la fe también nos invita a disfrutar de la belleza y que la oración nos sirve, entre otras cosas, para que redescubramos la hermosura de los pensamientos, de las palabras, de los objetos, de los seres vivos y, sobre todo, de las personas. Por sorprendente que nos parezca, la Biblia nos orienta y nos alienta para que contemplemos la belleza de un mundo que, a simple vista, a veces nos parece vulgar, insignificante y escasamente atractivo.

Esta obra es una amable invitación para que leamos la Biblia, para que recorramos el camino -arduo y apasionante- que nos conduce hacia los secretos guardados en un territorio tan alejado en el tiempo y tan cercano a nuestro propio espíritu: un paisaje y un tiempo que explican, encierran, reflejan y proyectan nuestras aspiraciones: nuestro pasado y nuestro futuro encerrados en cada paso de este fascinante paseo, de esta aventura hacia Dios, hacia ese centro que es la Plaza de Jesús donde es posible encontrar nuestra verdad humana y cristiana. Y es que, efectivamente “la Biblia es un Libro-Ciudad para toda la vida: un lenguaje, una forma de ser, un sentido, una patria para los estudiosos de las Ciencias Humanas y para los creyentes.

José Antonio Hernández Guerrero

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