“Guillermo, ábrete a la acción del Espíritu Santo para vivir el impulso de la caridad”

Guillermo Ibarra fue ordenado diácono de la Diócesis de Cádiz y Ceuta en una ceremonia presidida por el obispo diocesano, Mons. Rafael Zornoza Boy.

Tras casi cuatro meses de espera, el seminarista del Seminario Diocesano Misionero Redemptoris Mater, Guillermo Ibarra, dio el paso previo al sacerdocio, asumiendo el compromiso de servir a la Iglesia y al pueblo de Dios. Esta ceremonia, que debía haber tenido lugar el pasado mes de marzo, pero que tuvo que ser pospuesta por las restricciones del estado de alarma, ha tenido lugar en la mañana de hoy, sábado 11 de julio, en la Catedral de Cádiz.

Mons. Rafael Zornoza presidió una ceremonia en la que el nuevo diácono estuvo arropado por fieles, representantes del Camino Neocatecumenal, familiares y sacerdotes, que asistieron al primer templo diocesano guardando las medidas sanitarias pertinentes.

Durante la celebración, el obispo de Cádiz y Ceuta se dirigió al ordenando afirmando que “recibes una gracia que te capacita para un servicio por el que vas ayudar al ministerio del Obispo y del presbiterio, sirviendo en tres campos: la Palabra, con la predicación y la catequesis, sobre todo; el altar, a través de los sacramentos; y la caridad. No se trata de prestar una ayuda cualquiera, sino de ser un servidor, un diácono al estilo de Cristo. La condición fundamental que hoy te recuerda la Iglesia es que seas, ante todo, un verdadero discípulo”.

El obispo diocesano aseguró que “tu compromiso principal será hacer siempre la voluntad de Dios y llenarte del Espíritu Santo, para vivir con amor y alegría el apostolado y la evangelización. El servicio de la caridad debe estar siempre presente y en todo momento como testimonio del amor de Dios. Hoy queda patente la historia de tu vocación. Hoy el Señor te consagra para ser tu fortaleza, para ejercer el ministerio y vivir en comunión”.

Por último, Mons. Zornoza manifestó que “la oración a la que te obligas, con promesa de fidelidad desde hoy, será el soporte de tu vida, y la conversación permanente de amistad con Dios y la intercesión por su pueblo te fortalecerá. Experimenta el gozo de la Eucaristía diaria, de la liturgia de las horas, el cálido regazo maternal de la Virgen María… Es urgente comunicar la alegría que nace de la fe. Guillermo, recuerda siempre que para seguir al Señor y recibir el gozo del Padre has de olvidarte de ti mismo y ser como el grano de trigo, que dice Jesús, ‘que muere para dar fruto’. No rechaces la cruz, abrázate a ella desde el primer momento, porque no nos predicamos a nosotros mismos, sino a Cristo crucificado”.

De esta manera, una vez cumplido este requisito previo al sacerdocio, el seminarista del Redemptoris Mater continuará con el plan de estudios programado que le llevará a la ordenación sacerdotal, probablemente, para el próximo curso.

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