Fallece Francisco Rubiales, el conocido Padre Paco

El pasado jueves día 28, falleció Francisco Rubiales, que ejerció su ministerio como párroco en Algeciras durante mucho tiempo en la parroquia de San Agustín en Los Pastores, y también en la Línea de la Concepción como párroco de Santa Margarita.

El conocido Padre Paco, hizo una gran labor de prevención y acompañamiento de drogodependientes y con los presos, sobre todo en los difíciles años 80, marcados por la droga, realizando un gran trabajo de ayuda para adictos y sus familiares. Retirado desde hace años en Málaga por enfermedad y muy limitado últimamente, falleció a causa de la Covid-19.

Fue sepultado en la intimidad familiar debido a las restricciones sanitarias. Descanse en Paz.

Fallece Francisco García Rubiales, un hermano y un amigo de los maltratados por la vida

A pesar de que Paco me había informado detalladamente de lo delicado que se encontraba desde hace ya cerca de diez años, la noticia de su fallecimiento, el pasado jueves día 28 a los 71 años, me ha golpeado intensamente. El padre Francisco García Rubiales, un hombre bueno, un creyente en Jesús de Nazaret, era un sacerdote que, concibió y vivió el ministerio como párroco en la parroquia de San Agustín en Los Pastores de Algeciras, y en Santa Margarita en la Línea de la Concepción de donde él era natural, como servidor a la comunidad y como un acompañante de los maltratados por la vida. Prestó una permanente atención a los problemas más acuciantes que le planteaban los feligreses más desfavorecidos manteniendo vivo el Evangelio de Jesús y la confianza grande en Dios. Hombre sencillo, fue un modelo de sorprendente generosidad y de amor solidario.

El padre Paco, prudente, bondadoso y austero, con su entrega a los drogodependientes y a los presos, y través de su testimonio vital, más incluso que sus medidas palabras, nos enviaba mensajes que resonaban en nuestras conciencias como una permanente y explícita llamada a la trascendencia y, al mismo tiempo, como una cordial invitación al cultivo de los valores humanos tan importantes como la sencillez, la laboriosidad y la alegría.

Enemigo del capricho, de la frivolidad y de la superficialidad tradicional, con sus actitudes nobles, sustentadas en un fondo de honradez, y con sus comportamientos coherentes, alimentados en la oración y arraigados en un sustrato evangélico, ha sido y sigue siendo un hermano y un amigo que, sin necesidad de pronunciar herméticos discursos vacíos, nos abrió las puertas y las ventanas por las que penetraban los aires siempre renovadores del Evangelio.

Ha fallecido un sacerdote bueno que tomó la vida plenamente en serio y que supo orientar sus esfuerzos hacia metas nobles y trascendentes. Su amplia capacidad de silencio, su aguda facultad de escucha, su remansada delicadeza y, sobre todo, su permanente disposición de servicio, constituyen para todos nosotros una valiosa herencia. Amable, cariñoso y generoso, Paco pretendía ser considerado simplemente como un compañero. Su muerte representa una pérdida irreparable para todos nosotros. Que descanse en paz.

Por: José Antonio Hernández Guerrero

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